viernes, 29 de octubre de 2010

Es absolutamente cierto: el vino es saludable. A continuación les damos cinco buenas razones para servirse una copa de vino y sentarse relajado, sintiendo que estás haciendo algo por tu salud.
1.- Bueno para el corazón
Beber vino de forma moderada disminuye las enfermedades coronarias y arteriales. Hacerlo con moderación puede reducir entre un 40% y un 50 % el riesgo de sufrir una cardiopatía isquémica, según datos de la Asociación Americana de Cardiología. Las personas que toman una o dos copas de vino al día registran una mortalidad 20% menor.
Aumenta el colesterol bueno (HDL) y reduce el malo (LDL).
El consumo moderado de vino ayuda a las personas mayores a mantenerse lúcidas y con un mejor funcionamiento del sistema cardiovascular.
2.- Previene la pérdida ósea
Las mujeres que toman vino (1 o 2 copas como máximo) tienen menos posibilidades de perder masa ósea que las abstemias. Pero no olvides que, en exceso, el alcohol acelera el proceso de descalcificación.
3.- Cuida las células
El vino previene el envejecimiento prematuro de células de la memoria (Alzheimer). El elevado contenido en resveratrol de los vinos tintos de intensa maceración tiene propiedades preventivas sobre la formación de células tumorales generadoras de ciertos cánceres. La quercetina, el agente anticancerígeno que contiene, se vuelve activo cuando el vino se fermenta en el cuerpo. Además, contiene polifenoles que son efectivos contra los virus que causan el catarro.
4.- Tonifica y ayuda en la digestión
Tomar vino en la comida ayuda a la producción de jugos gástricos, necesarios para hacer bien la digestión. Según los expertos, los vinos blancos con prolongada crianza -como el champagne- poseen una armónica composición de aminoácidos esenciales que tonifican el torrente sanguíneo. Con las comidas, el vino también ayuda a eliminar los ácidos úricos de la sangre provenientes de la digestión y asimilación incompleta de las carnes. El vino contiene potasio, calcio, hierro, sodio, magnesio y vitaminas B y P (bioflavonoides).
5.- Tomarlo es un placer
El vino anima a la gente, la desinhibe y es el mejor licor para despertar las pasiones. Cualquier plato gana si se acompaña de un buen vino. Sus sabores, cuerpos, texturas y aromas son infinitos y han merecido la aparición de todo un arte: la enología. Cualquier carne o pescado potencia su sabor con un buen caldo. El vino está fuertemente arraigado en la cultura mediterránea, cuya dieta es la mejor para el corazón. El vino también es ingrediente estrella de numerosos platos: peras al vino, consomé al jerez.
Una recomendación: toma vino siempre acompañando las comidas. Se trata de una cuestión de sentido común y cultural. En el aperitivo es normal el jerez, un blanco frío o un oporto. Durante las comidas, según los platos: blanco para pescados y tinto para carnes.

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